Recomendaciones para cuidar y destacar las uñas de tus dedos

El cuidado de las uñas es una tarea que requiere de constancia y regularidad. No se trata de una labor difícil ni que insuma demasiado tiempo, aunque debe ser un hábito practicado con esmero si queremos que nuestras manos y pies luzcan siempre bellos y prolijos.

En primer lugar, un importante consejo es importante velar por la salud de nuestras uñas: no existen barnices milagrosos por buena que sea la calidad de los productos. Es importante cubrir nuestras manos con guantes al realizar cualquier tipo de labor que implique el uso de agua caliente y detergentes o al dedicarnos a tareas de jardinería. El uso diario de cremas humectantes evita que se resequen y descamen. Es importante utilizar limas de cartón y no de acero, así como descartar la acetona para retirar restos de pintauñas, reemplazándola por quitaesmaltes de marcas reconocidas.

Una vez que nuestras uñas lucen fuertes y sanas, podemos dedicarnos a la fase más creativa y divertida del proceso: escoger los colores y las diversas decoraciones que harán de nuestras manos y pies en épocas veraniegas; un indiscutido punto de atención. Existe una infinita variedad de tonalidades y adornos disponibles, aunque cada opción dependerá de distintos factores, tales como el color de la piel, la época del año y el momento del día, entre otros. Los tonos oscuros se aconsejan en los casos en que las manos estén en excelentes condiciones, ya que tienen la propiedad de destacarlas notablemente. Los colores claros y pastel disimulan más las imperfecciones, estilizan los dedos y alargan las uñas cortas.

Para la noche, el negro, el dorado, el azul vibrante y los metalizados van de maravilla. En contextos formales, como reuniones de trabajo, conviene apostar por los pintauñas sobrios. Los clásicos rosados, el brillo transparente y la manicura al estilo francés son las alternativas más aceptadas. Durante la primavera y el verano tendemos a llevar barnices más atrevidos y a jugar con esculpidos y llamativos diseños. Los meses más fríos invitan a usar esmaltes más tradicionales. Cerrar bien los envases y guardarlos en lugares frescos ayudará a la buena conservación de estos aliados indiscutibles de la belleza femenina.