El servicio VPN es relevante para navegar con seguridad y con datos protegidos

En primer lugar hay que explicar para los despistados qué significa VPN. Las siglas responden al significado “Virtual Private Network” -en español Red Virtual Privada- y es un sistema de conexión que permite la privacidad en la navegación desde operadores externos -como sitios con red de Internet públicas- y evitar cualquier tipo de intervención externa por intereses oscuros: evitar abusos de apropiación de información o contraseñas. En ellas, se establecen tres funciones básica: indagar en Internet de forma confidencial y anónima; tener una estructura más segura en Internet y cambiar la dirección IP.

Como todos sabéis, cuando navegamos por Internet para ver páginas de ocio, para facilitar el estudio o planificar viajes o vacaciones los operadores pueden identificar nuestro IP, es decir, la identidad que tengas en la ciudad y país determinado. En sitios públicos, el riesgo de apropiación de contenido privado para fines perjudiciales es evidente. Por tanto, tener un servicio VPN permite la privacidad; y el IP es sustituida por otra anónima para protegerse contra el espionaje de datos existentes en una red al abasto de todos.

En determinadas ocasiones solemos dar más información de la deseada cuando accedemos a la red, generalmente por el desconocimiento de los problemas que puede conllevar. De esta manera, gracias a un proveedor VPN, las personas pueden indagar en un servicio explorer de forma anónima: no es identificable para el propietario del sitio/señal web y del proveedor.

Resulta muy importante disponer de un proveedor de confianza ya que permite trabajar con tranquilidad en un lugar determinado o poder mirar en momentos puntuales redes sociales, hacer reservas de viajes para vacaciones u otros asuntos personales donde es necesario usar datos personales. Pero…¿cómo se puede conseguir un buen servicio VPN?

Para hacer una comparación de los mejores servicios de VPN hay que tener en cuenta la velocidad de conexión; el número del IP, es decir, la dirección (fundamental); el coste, los servidores; qué tipo de cifrado o incluso los ‘influencers’ de otros usuarios de un determinado proveedor, que suelen ser bastante ajustados a la realidad. Por ejemplo, programas como HideMyAss tiene más de de 57 mil direcciones de IP, así como protocolos OpenVPN, L2TP y PPTP, con transferencia de archivos y cifrado en torno al protocolo.

También hay que tener en cuenta el método de pago: vía tarjeta de crédito, Paypal, WebMoney o Liberty Reserve. HideMyAss acepta cualquiera de éstos, así como otros como Kepard o PIPVanish sólo aceptan tarjeta o PayPal.

La transferencia de archivos es relevante para decidir qué servicio acoger. Hay proveedores que lo tienen limitado como o restringido, como StrongVPN (aunque compatible con cualquier sistema operativo) o limitado a determinados servidores como Pure VPN.

Asimismo, los sistemas operativos más comunes son aceptados sin ningún problema; pero cada vez es más común ver adaptaciones para Android, ya que el creciente uso de Internet desde sistemas móviles también ha causado el crecimiento de ataques, robo de información, etc. En todo caso, mediante Apps descargables permiten asegurar un uso seguro al navegar por la red.