A continuación les mostramos las diez profesiones más peligrosas del mundo

El riesgo no depende solo del trabajo en sí, sino también de los medios al alcance del trabajador para llevarlo a cabo y de las condiciones bajo las que se realiza. Puede que un trabajo pueda clasificarse de riesgo controlado en un país, pero en otro sea de alto riesgo. Sin embargo existen ciertas ocupaciones profesionales que, por las variables incontrolables que intervienen en su ejecución, son siempre consideradas como muy peligrosas. Entre ellas destacan las diez siguientes:

Militares destinados en zona de actividad bélica. Aunque los soldados profesionales se preparan para este tipo de situaciones, el peligro es obvio y el riesgo de sufrir algún tipo de herida, o incluso morir en el desempeño de su misión, está a la orden del día.

Reporteros de guerra. El escenario en el que trabajan es sumamente peligroso y su integridad física está en peligro constante. Puede que sean protegidos o escoltados en situaciones límite, pero esto no garantiza que puedan evitar sufrir algún tipo de daño cuando salen en busca de la última noticia.

Bomberos. Entrenan constantemente para sacar del apuro a cualquier ciudadano que lo necesite, pero la variable “fuego” no se puede controlar. Un cambio en la dirección del viento, un estallido inesperado… Y no solo el fuego, los bomberos tienen que enfrentarse a la posibilidad de derrumbamientos, inundaciones, etc.

Mineros. Ya sea bajo tierra o a cielo descubierto, la profesión de la minería entraña riesgos bien conocidos. Las profundidades de la tierra aíslan al trabajador del mundo exterior y un derrumbe puede resultar fatal (falta de aire, imposibilidad de llegar a tiempo al rescate…). El polvo del carbón también hace estragos en los pulmones de los mineros. Las minas a cielo abierto traen consigo otros peligros bien distintos: trabajos con maquinaria pesada, caída accidental de enormes piedras (aplastamiento), etc.

Manipulación de explosivos. No solo la posibilidad de una explosión puede ocasionar accidentes inesperados. El ruido y las vibraciones constantes también afectan al estado de salud de este tipo de trabajadores, que finalmente terminarán resintiéndose.

Trabajadores expuestos a agentes tóxicos, productos químicos y biológicos. Tanto los que trabajan en la industria química, como petroquímica, así como los que lo hacen en laboratorios y hospitales, se mueven en un entorno laboral y manipulan productos de alto riesgo para su salud (minerales pesados, gases licuados, productos con radiación…).

Servicio de salvamento marítimo. Estos profesionales arriesgan su vida todos los días, sin importar si llueve, nieva o graniza, con el mar en calma o con olas gigantes. Tanto el personal de helicóptero, como de lancha, que tienen que mantener estables sus máquinas en las circunstancias más adversas, como los que no dudan en saltar al mar y realizar los más arriesgados rescates.

Operarios de torres de alta tensión. Por si fuera poco lidiar con las fortísimas corrientes eléctricas que se mueven por las torretas, estos trabajadores tienen, en ocasiones, que desplazarse a los lugares más inaccesibles, utilizando helicópteros y haciendo auténticas acrobacias para devolver el fluido eléctrico a la población.

Personal de las fuerzas especiales de seguridad. Manifestaciones conflictivas, entrada en viviendas “tomadas” por delincuentes, lucha anti-terrorista…, son solo algunos ejemplos de la jornada laboral diaria de uno de estos profesionales en busca de la seguridad.

Pescadores de alta mar. El mar es uno de los medios más peligrosos para realizar actividades profesionales. Una tormenta en el momento más inesperado, el frío en las regiones del norte, el ataque de piratas, etc., se une a que el barco está apartado y alejado de la civilización. Un accidente fortuito puede resultar fatal pues los medios de rescate pueden tardar más de lo esperado o, incluso, no poder acceder al lugar del siniestro.